Familiares conmocionados retiraban cuerpos, padres buscaban a sus hijos y el país trataba de encontrar respuestas el domingo a cómo ocurrió una estampida en un estrecho callejón durante las festividades de Halloween, en la que al menos 153 personas murieron aplastadas por otras en la capital de Corea del Sur.
El presidente Yoon Suk-yeol declaró un periodo de luto nacional y decretó como zona de catástrofe el popular distrito de Itaewon de Seúl tras el desastre del sábado por la noche.
“Esta noticia cayó como un rayo desde un cielo azul“, dijo un padre que rompió a llorar mientras recogía el cuerpo de su hija en una morgue de la capital del país.
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